LOS CAMINOS DE SAN JUAN DE LA CRUZ

Bienvenidas y bienvenidos a LOS CAMINOS DE SAN JUAN DE LA CRUZ. Deseo que, este espacio en el que te encuentras, te ayude a descubrir una perspectiva poco conocida del místico, Santo y doctor de la Iglesia, patrón de los poetas de lengua española y pertinaz andariego: sus infinitos trasiegos.


Las páginas que se esconden tras esta presentación, no pretenden exaltar la figura de San Juan de la Cruz, al menos desde sus facetas más conocidas y valoradas. Este espacio y su contenido, tratan de fomentar esa magnífica y saludable actividad humana como es caminar, nuestro personaje, es la excusa perfecta, el pretexto para dar sentido al camino, ya que él hizo mucho y por muchos lugares.


La pretensión fundamental es describir los trasiegos que el Santo realizó, para fortuna nuestra, por la provincia de Jaén, luego ya veremos si le seguimos la pista por otros derroteros. Quien quiera buscar otras perspectivas, le recomiendo visitar los numerosos espacios especializados, algunos de ellos geniales, con abundante y buena documentación, tanto en la red como en la literatura escrita, donde se tratan diferentes aspectos de este especial y polifacético personaje, su biografía, su obra poética, su misión fundacional, su misticismo, sus acontecimientos extraordinarios que fueron elevados a milagros por la Iglesia Católica, su relación con otro especial personaje coetáneo, Santa Teresa de Jesús y, lo que más me atrae de él, su labor reformista (hoy la llamaríamos revolucionaria, contextualizándola en su tiempo, claro).


El primum movens que caracterizan mis ratos de ocio, están estrechamente ligados a combinar actividad física y conocimiento, la una me lleva a la otra y viceversa. Ya inicié este periplo hace algunos años con la creación del blog EL COCHE DE SAN FERNANDO (por cierto, muy abandonado últimamente). Ahora mi meta, aún siendo más de lo mismo, posee diferentes matices. Todo lo expuesto en adelante podría haber encajado perfectamente en El coche de San Fernando, sin embargo, el personaje, su trascendencia y, sobre todo, que sea el Patrón del lugar donde nací y una figura familiar con el que tantos crecimos año tras año y con el que me vi envuelto en más de una ocasión, hacen que me merezca un espacio singular.


Aunque el camino es el eje fundamental del presente trabajo, he necesitado consultar adicionalmente bastante documentación para intentar ser lo más fiel posible a este. La literatura existente sobre San Juan de la Cruz es infinita, y dada la trascendencia del personaje, sus biografías numerosas, a pesar de que he encontrado, a mi entender, más hagiógrafos que biógrafos objetivos. No obstante, desde una perspectiva caminera, no ha sido muy difícil trazar los andorreos que siguió el Santo, aunque fueron tantos y tan frecuentes que, si alguien se ha atrevido a calcular los kilómetros que recorrió en su vida, con toda probabilidad se queda corto.


Ese no parar es lo que me llevó a la zaga de su huella, pues el camino es la vida, viajar y andar de aquí para allá no precisa necesariamente un destino y andar es, al fin y al cabo, abrir caminos. Con la idea rondando desde hace tiempo y contagiado por la magnífica iniciativa de los Carmelitas Descalzos de Caravaca de la Cruz, me he metido en este descabellado trajín. Pero claro, inevitablemente, en mi caso, la mente acompaña permanentemente a las piernas, y mientras esa circunstancia siga produciéndose (espero que sea duradera), no puedo esquivar contar las sensaciones del camino. El batiburrillo que se produce en mi cabeza, mezcla de lo vivido con lo leído y documentado, producen, con mayor o menor fortuna, una novelación del andorreo realizado. Lo que a priori me pareció una tarea sencilla se fue complicando poco a poco ante la necesidad de documentar lo más acertadamente los itinerarios. Una vez definidos, había que recorrerlos para estar seguro que estaban libres para transitar, buscar alternativas que no desvirtuaran el camino, encontrar soluciones razonables a lo que hoy conocemos como excursionismo o senderismo con el fin de que otros se puedan beneficiar y recorrer aquellos ancestrales itinerarios. Y aquí está el blog, como resultado, para eso.


Seguro que, con las prisas por contar la experiencia, el poco tiempo del que aún dispongo para ello y el mogollón de papeles leídos, me llevará a cometer más de una imprecisión. Sepa el lector perdonármelo y, si lo considera, estoy dispuesto a rectificarlo o mejorarlo, si me deja la apreciación en algún comentario.


Cuando todo estuvo más o menos planificado y diseñado, cuando el proyecto quedó definido y listo para su desarrollo, no terminaba de poder desligarlo de otro gran camino que enmascaraba la presente iniciativa por el amplio éxito y difusión que ha tenido en pocos años, el Camino de Santiago. Lo primero que asalta a la mente son sus similitudes, caminos nacidos al amparo del fervor religioso, siguiendo las huellas de la fe cristiana. Sin embargo, tras reflexionar lo andado y explorado, puedo concluir que, aunque ambos caminos son esencialmente espirituales y muchas personas, al realizarlos, buscarán una mirada interior, existen algunos claros contrastes y matices entre ambos; para mi propio entendimiento y para los que quieran comprobarlo, mencionaré algunos que, con el desarrollo y entusiasmo de la tarea, se me han ido definiendo.


  • Los caminos de San Juan de la Cruz que proponemos, son caminos realizados por su protagonista, sin un destino concreto o a muchos, según se vea. El fraile hizo innumerables kilómetros por la geografía peninsular llevado por sus objetivos reformadores y fundacionales, por tanto, el recorrido, es a la zaga de su huella. Y no tiene un solo final, pues aunque falleció en Úbeda, por costumbres de la época, sus restos se hallan dispersos por múltiples lugares. Los caminos de Santiago, por el contrario, tienen un claro destino, llevan a un inequívoco final a donde dirigirse desde numerosos lugares.

  • La consecuencia de lo anterior es que, mientras que a quién recorre el camino de Santiago y se dirige por cualquier trayecto a la tumba del apóstol, suele denominársele peregrino (el que visita un lugar, generalmente religioso o espiritual), los que sigan los caminos de San Juan de la Cruz irán de allá para acá, pararán en muchos lugares pero ninguno será un destino definitivo (salvo que nos lo propongamos conscientemente), por lo que se ajusta mucho más la acepción de andariego (que anda mucho, en especial si lo hace porque le gusta, que anda de una parte a otra sin parar en ninguna).

  • Los caminos a Santiago son, generalmente, caminos de ida; los caminos de San Juan de la Cruz son todos de ida y vuelta (incluido el último).

  • Los caminos a Santiago están muy bien equipados, definidos los tramos y turísticamente promocionados; los caminos de San Juan de la Cruz son una aventura en sí mismos, son un motivo para hacer viajes y visitas por lugares impensables.

Esta aventura la iniciamos en la provincia de Jaén, aunque en Andalucía paso buena parte de su vida dedicada a la obra que compartía con Santa Teresa, es Jaén donde le suceden la mayoría de experiencias vitales, y es por Jaén por donde más trasiegos realiza. La experiencia jiennense del fraile merece comenzar a definirse en esta tierra en lo referente a sus andanzas por Andalucía. Jaén, la gran olvidada para tantas cosas, reclama y merece el protagonismo de enseñar su PARAISO INTERIOR de la mano de un abulense universal, el frailecico de La Peñuela, que tan bien de sentía en nuestra tierra.


LA NOMENCLATURA


Me he permitido definir los Caminos de San Juan de la Cruz, coincidiendo con otros compañeros de viaje, como CAMINO SANJUANISTA, es una opción personal nada vinculante, vamos para yo entenderme. Así aparecerán nombrados los track en el servidor donde se encuentran alojados (wikiloc).


Respecto a las personas que realicen este camino, he explicado con anterioridad que, siguiendo la tradición carmelita, utilizaremos el vocablo ANDARIEGO/A, ya que se ajusta más a nuestras pretensiones camineras (que anda de una parte a otra sin parar en ninguna).


A la hora de definir los trazados e itinerarios, más comúnmente conocidos por rutas, me inclino por una palabra a la que le tengo mucho aprecio, es un tesoro de nuestra lengua y viene al pelo de lo que tenemos entre manos: ANDORREO o ANDURREO, y por tanto, la acción y su desarrollo será ANDORREAR o ANDURREAR.


A los dos primeros Andorreos descritos y desarrollados, no he podido resistirme a titularlos, ya que definen esencialmente su evolución. El primero, el largo camino de la ilusión y la esperanza, desde La Peñuela al convento de El Calvario lo he llamado CAMINO DE LLEGADA A ANDALUCÍA, es el primer contacto con tierra recientemente apropiada por la corona de Castilla, un largo andorreo por la cornisa norte de la provincia de Jaén que pondrá en contacto Sierra Morena con la Sierra de Segura y Las Villas a través de un ancestral camino por donde también andorrearon iberos, romanos, cartagineses, moros, cristianos, liberales, absolutistas, trashumantes, cargado de historia y actualmente bastante olvidado. El segundo, el amargo camino de la enfermedad y del abatimiento, también desde La Peñuela, pero con un destino, aunque elegido, poco deseado, lo he llamado CAMINO DE LA MUERTE, ya que es el último camino físico y consciente que recorre (sin embargo, tras su muerte, se le conocen, al menos, dos caminos más, el de la bilocación en La Peñuela, justo en el momento de fallecer, y el del robo del cadáver y traslado a Segovia, con probable desarrollo narrativo en El Quijote).


En el primer andorreo, la ruta de la llegada a Andalucía, he propuesto trayectos no demasiado dilatados, para poder realizarlos en media jornada y poder compaginarlos con visitas a lugares interesantes de las localidades por las que pasamos. Estas, en la descripción, se relacionan como DERIVACIONES y la nomenclatura quedaría R (ruta) E (etapa) D (derivación). Finalmente, con el fin de no dejar al margen lugares significativos o por constituir por si mismos, itinerarios alternativos con bastantes posibilidades de que por ellos transitara San Juan de la Cruz, apoyados en referencias documentales, propongo algunas VARIANTES que, sin desvirtuar el itinerario principal, alcanzaran el punto destino por un lugar alternativo. La nomenclatura en este caso quedaría como R (ruta) E (etapa) V (variante).


LOS TRACK


Se encuentran alojados en mi perfil del servidor Wikiloc. Ni que decir tiene que solo representan una ayuda a la planificación de cada etapa, pero antes de realizarla se deben contrastar por si las condiciones han cambiado (caminos cortados, zonas inundables, riesgos estaciónales, existencia de ganado, etc.).


Los track se encuentran desarrollados de manera unidireccional con el origen o punto de inicio en La Peñuela (La Carolina). En caso de hacerlos en otro sentido, es recomendable revertir el track y pasarlo por un analizador del perfil con el fin de contrastar especialmente los desniveles acumulados, ya que puede haber grandes variaciones que pueden repercutir en la planificación de la marcha.


Para los puristas de los GPS y aplicaciones de mapas, decir que todos los track son fiables, recorridos por mi en diferentes momentos, aunque es posible que alguno pueda contener errores aparentes, que no de itinerario, sino de diferentes velocidades o no contemplar tiempos de marcha. Ello es debido a que, algún recorrido se realizó de forma mixta, caminando y en bicicleta, al unirlos aporta datos aparentemente erróneos. Otros, se hicieron en sentido contrario, y al revertirlos, los programas analizadores los reconocen como track dibujados.


LAS ETAPAS


He realizado, a propósito, una distribución de etapas asequible para cualquier andariego. La mayoría se encuentran en el rango de los quince a veinte kilómetros, lo que puede llevar una mañana para su realización de una manera tranquila, pudiendo organizar la tarde, si se quiere, en actividades alternativas. No obstante, aquél andariego que lo desee, tiene la posibilidad de acortar el andorreo uniendo dos o más etapas, resultando el itinerario, por tanto, más exigente.


ESTACIONALIDAD


Es un factor importante y a tener muy en cuenta en esta camino. Generalmente el verano es la época del año donde más tiempo tenemos para realizar este tipo de actividades, sin embargo, por estas latitudes, moverse a determinadas horas del día puede ser penoso e incluso peligroso para la salud. Por ello, desaconsejo encarecidamente realizar el Camino de San Juan de la Cruz en el estío, a menos que iniciemos la jornada muy temprano y elijamos la opción de etapas cortas, estando pronto a buen recaudo. La canícula es un factor muy traicionero, especialmente si el andariego es oriundo. La mejor época para realizar esta aventura va desde el otoño tardío hasta la entrada de la primavera, incluyendo el invierno que, aunque de clima continental, en días soleados, el desplazamiento se hace bastante soportable. La primera época del otoño y la primavera que anuncia la llegada del verano puede ser muy cambiante, aunque cada vez, con más frecuencia, asistimos a mañanas frescas con mucho calor en las horas centrales del día. A tener también en cuenta son las tormentas que no son infrecuentes por la comarca de El Condado, donde escasean los lugares donde guarecerse y los caminos se encuentran atravesados por abundantes arroyos y torrentes, habitualmente secos, pero con crecidas importantes y rápidas en caso de precipitación abundante.


Sirva pues este blog como una ayuda y apoyo al andariego. Se agradecerán comentarios, sensaciones y dificultades surgidas que se pueden dejar en este o, si se quiere, en el servidor donde se encuentran alojados los track. Los dos andorreos propuestos por ahora, más el desarrollado por los Carmelitas de Caravaca que atraviesa la Sierra de Segura desde Caravaca de la Cruz a Beas de Segura y viceversa, dan para empezar a conocer lugares de este PARAISO INTERIOR, escondidos entre el olivar que no cesa de la provincia de Jaén. Además de joyas renacentistas archiconocidas como Úbeda o Baeza, descubriremos lugares por donde hace tiempo no pasa nada o poca cosa, donde la gente vive rodeada de maravillas naturales o arquitectónicas que quedan lejos de todo. El Santo andariego nos llevará en su trasiego por caminos y sendas ancestrales olvidadas o reconvertidas en caminos agrícolas o ganaderos. Cruzaremos puentes sobrios que han estado ahí durante siglos, actualmente con poco uso, algunos rehabilitados en aras de conservar el patrimonio que nuestros antepasados usaron en su beneficio. Rozaremos cortijos señoriales donde ya no vive nadie, pero con solo contemplarlos nos dará idea de la vida que tuvo aquello, incluso aldeas perdidas donde la gente, harta de la dura vida que suponía entonces la supervivencia, abandonó totalmente para irse lejos buscando algo mejor.


Conforme vaya completando itinerarios, se describirán en las entradas del blog, desconozco si tendrá fin, y si seré capaz de acabar la tarea, pero, al menos, me queda la certeza del comienzo.


!!! BUEN ANDORREO ¡¡¡